¡Hola familias!
En las duras circunstancias que vivimos, la autonomía de nuestr@s hij@s, se ha convertido en una actitud y una habilidad más clave que nunca, tanto para su propio desarrollo como para facilitar la conciliación y los equilibrios familiares. Desde el cierre de los coles, ell@s deben aprender y hacer sus tareas en
casa y pasan la mayor parte de su tiempo de ocio en casa. Por eso, por el bien de tod@s, intentemos fomentar un poco más esa autonomía...
“CUALQUIER AYUDA INNECESARIA ES UN OBSTÁCULO PARA EL DESARROLLO”
(María Montessori)
La autonomía se refiere a la regulación de la conducta por normas que surgen del propio individuo. Autónomo es todo aquél que decide conscientemente qué reglas son las que van a guiar su comportamiento. Somos autónomos cuando somos razonables y consideramos qué debemos hacer con todos los datos a nuestra disposición.
Algunas tareas que los chic@s pueden hacer de manera autónoma:
(puedes ampliar pinchando en las flechitas)
La autonomía se refiere a la regulación de la conducta por normas que surgen del propio individuo. Autónomo es todo aquél que decide conscientemente qué reglas son las que van a guiar su comportamiento. Somos autónomos cuando somos razonables y consideramos qué debemos hacer con todos los datos a nuestra disposición.
¿En qué ámbitos podemos fomentar la autonomía?
- Hábitos. Alimentación, higiene o vestido. Desde comer solos hasta elegir la ropa que quieren ponerse.
- Desarrollo intelectual. El uso de libros, juegos y espacios culturales fomenta su curiosidad e interés por distintas materias y facilita su proceso de aprendizaje. Es importante que puedan elegir y decidir también en estos casos.
- Interacciones sociales. Establecer relaciones con otras personas les ayuda a integrarse, a conocer el sentido de la amistad, a tener sus propias opiniones, a ser tolerantes y a consolidar su personalidad.
- Ocio. Es importante generar espacios para que puedan jugar y hacer las actividades que más les guste. Para ello hay que facilitar tiempos, buscar ofertas interesantes y dejarles decidir.
- Tareas. Tanto las tareas del hogar -como hacer su cama, poner la mesa, cuidar las plantas, o vestirse -, como las tareas de clase. Nunca debemos subestimar su capacidad de hacerse cargo de estas cosas por su propia cuenta.
¿Cómo lo hacemos?
- Ofréceles alternativas en sus elecciones. Esto incentiva la toma de decisiones y la aceptación de las consecuencias de sus actos. También pueden ser ell@s quienes generen sus propias alternativas para después elegir.
- Estimula su razonamiento. Cuando no sepa cómo resolver algo, invítale a buscar fuentes de información que no seas tú y trata de que llegue sol@ a la solución: hazle preguntas, intenta que vea las cosas desde otras perspectivas...
- Respeta su privacidad. Puede suceder que haya cosas que quiere hacer sol@ en su cuarto o que no quiere compartir. Es importante respetarlo.
- Preséntale nuevos retos que supongan mayor dificultad a medida que avanza y valora el esfuerzo que realiza al enfrentarse a ellos. Felicítale cuando consiga el objetivo para aumentar la confianza que tiene en sí mism@. Esto ayudará a que se atreva a seguir avanzando.
- Permítele que cometa errores y anímale todo el tiempo. Es normal que queramos protegerle de posibles fracasos, pero no hay mayor obstaculo para la creatividad y la autonomía que el miedo a equivocarse. Así, que haz como Edison y celebra cel error como un paso más hacia el aprendizaje.
- Explícale todos los pasos a seguir todas las veces que sea necesario. Que quiera hacer algo sol@s no quiere decir que sepan hacerlo. Y cuando lo haga bien una vez, puede que siga necesitando indicaciones, aunque seguramente cada vez sean menos.
- Adapta el entorno para que pueda hacer sol@ lo que quiera hacer. Si quieres que sea autónomo a la hora por ejemplo de iniciar sus juegos, pero los juguetes están en la estantería más alta, entonces no podrá hacerlo sol@...
- Colócate un pasito por detrás y obsérvale. Espera a que te pida ayuda o indicaciones, no te adelantes, pero hazle saber que estás ahí si te necesita.
- No confundas riesgo con peligro. Los niñ@s necesitan asumir riesgos para sentir que son capaces de conseguir cosas. Enséñale a diferenciar situaciones realmente peligrosas -que quedarán prohibidas o a realizar solo con adultos- de las que no lo son realmente. A veces pensamos que subir a un tobogán o que vaya a comprar el pan es algo peligroso cuando no lo es tanto (siempre dependiendo del contexto).
- Refuerza sus logros y esfuerzos, pero enséñale también a valorarse a sí mism@. Pregúntale ¿qué te parece a ti lo que has hecho?, ¿cómo te has sentido al hacerlo?, ¿cómo lo harías la próxima vez? Su seguridad y autoestima no deben depender solamente de lo que otros opinen.
Fuentes:
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