¡Hola familias! ¿cómo va todo?
En estas semanas, en las que nuestra rutina ha cambiado tanto, parece que muchos padres y madres, tenemos tantas cosas que hacer - entre trabajo, hijos y tareas domésticas - que nos olvidamos de nuestro bienestar. Por eso, nos gustaría recordar que los cuidados que nos
dedicamos a nosotros mismos son tan importantes como los cuidados que necesitan nuestros hijos e hijas. Cuidarse para poder
cuidar...
Y aquí compartimos algunas ideas para cuidarse...
Crea tu propia rutina
diaria e intenta seguir unos horarios
regulares. Esto te ayudará a mantener los nervios más controlados.
Busca un equilibrio
entre distintos tipos de actividades, incluyendo autocuidado (higiene
personal, alimentación, descanso), responsabilidades (teletrabajo, cuidado de
la casa o de los demás), ejercicio físico y ocio.
Planifica los
próximos días, intentando incluir actividades variadas. Es bueno buscar una rutina estable, pero con alguna actividad distinta cada día... No intentes meter muchas actividades de golpe, claro, hay que ser realista, para luego sentirte
bien por cumplir con lo que habías previsto.
Intenta cada día dedicar un
tiempo para ti, para relajarte. Busca un momento - aunque sea muy corto - para estar solo/a y relajarte. La convivencia, el cansancio y la
tensión dificultan que puedas pensar con claridad. Haz lo que a ti te funcione
para relajarte (bailar, escuchar música, leer, tumbarte y cerrar los ojos, ...), aunque también puedes probar con alguna técnica
específica, como la meditación.
Reserva un tiempo
para el ejercicio físico y para el ocio, de forma diaria o semanal. Tanto
el ejercicio físico como el ocio tienen efectos muy positivos sobre el
bienestar emocional: ayudan a reducir la ansiedad y mejoran el sueño. Tablas de
ejercicios, paseos, juegos de mesa, lecturas…Elige las opciones que más te
gusten y se adapten a tus posibilidades.
Aliméntate de forma
saludable y duerme lo suficiente. Intenta tener una alimentación
equilibrada y acuérdate de beber suficiente agua. Tanto en las comidas como en
el sueño es bueno seguir horarios regulares.
Mantente conectado/a con
los demás. Poder expresar lo que te pasa y compartirlo con otras personas
es importante para sentir que no estás solo/a y que sigues formando parte de tu
comunidad. El apoyo social es clave.
Involucra a toda la
familia en las tareas de casa. De esta manera, toda la familia siente que
participa del cuidado de la misma y, a la vez, esto sirve para equilibrar los
tiempos que cada integrante tiene libres y ocupados.
Si te encuentras mal, hay algunas cosas que te pueden ayudar:
- Céntrate en el día de hoy. Más allá de una posible planificación semanal, cada día piensa qué vas a hacer hoy, a qué hora vas a salir hoy, con quién vas a hablar hoy o qué vas a comer hoy. Preocuparse por lo que pasará en dos semanas o en un mes, seguramente te genere más incertidumbre y no aporte nada a tu estabilidad emocional.
- Piensa que no todos los días tienen que ser buenos. Es probable que tengas altibajos. Y no pasa nada. De hecho, puede que antes de esta crisis, también tuvieras días buenos y días malos. Quizás te ayude hablar con algún familiar o amigo.
- Intenta ocupar tu tiempo en actividades agradables. Se trata de intentar “engañar” un poco a tu cabeza manteniéndola ocupada en otras actividades.
- Intenta, si aún no lo has hecho, poner en práctica alguna técnica de relajación. En internet hay muchas opciones y éste puede ser un muy buen momento para empezar...
- Si ves que no acabas de mejorar o sientes que no puedes manejar tus problemas por ti mismo/a o con la ayuda de personas cercanas, consulta con tu médico de atención primaria.
Recuerda que es clave intentar mantener una actitud positiva, pensando que esta
situación es temporal, tratando de adaptarse a ella y agradeciendo todo lo
bueno que hay en tu vida.
Fuentes:
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